Una tormenta se poso en tu vida
un huracán te corrompía
angustia y dolor al paso de las nubes
tu ángel apareció
y una sonrisa te dio
pediste por un pedacito de mar
caminaste lejos sin parar
mil delfines a tu paso sonrieron
mis manos acariciarte quisieron
la noche caía
tristeza se moría
recostada en la orilla
pedías a Poseidón un regalo
estrellas de mar te moldeaban
lagrimas de felicidad
borraron tu soledad.
Te encamine entre los árboles
al son de un trino
un pájaro te cantaba
pedí que tus niñas se alegraran
mis manos libres tomaron tu mente
caminaste conmigo a ese paraje
donde el aire es puro
y tu vista es alegre
regálame esa sonrisa…
y no moriremos con prisa.
NEFTALY ANTONIO ZAVALA
30-7-04
11:56 AM.
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