Laberinto

 

 

 

De la mano de la niebla

por el camino que dejó tu huella

en el bosque

de mi mente

 

la hierba

los árboles, que susurran

me hablan de vos

me cantan tu canción

 

dejé de ver con claridad

me interné en la espesura

donde los troncos

crecen juntos

 

siguiendo el rastro

de tu recuerdo

estuve al borde del abismo

y casi me pierdo en el verde laberinto

 

pero encontré el norte

los árboles, que susurran

me hablan de vos

me cantan tu canción

 

(imagen tomada de la web)

5 comentarios

[More - 15 de marzo de 2009 - 16:04]

Por fortuna encontraste el Norte... cuando alguien falta, todas las cosas nos hablan de él.
Abrazos.

[Dédalus - 14 de marzo de 2009 - 13:54]

Dejarse transportar por bellas sensaciones, con la confianza de no perderse definitivamente o, al menos, no del todo, es una estupenda experiencia. La vida está llena de dédalos por los que uno ha de extraviarse una y mil veces, hasta hallar ese norte del que hablas en tu poema.

Un beso, Neptunia.

[cosmofonio - 01 de marzo de 2009 - 11:56]

No está mal perderse un poco a veces. Siempre que al final encontremos la salida, claro.

Un saludo.

[torosalvaje - 01 de marzo de 2009 - 00:22]

Un final feliz. Que bueno.
Hay tantos laberintos que asusta.
Me alegro de ese Norte.

Besos.

[misántropo - 28 de febrero de 2009 - 13:06]

Desde que Ariadna se fué
ando perdido en tu laberinto,
sólo me salva este instinto
aunque a menudo es cruel.

A veces un viento fugaz
de nuevo me trae tu aroma,
el despertar con la aurora
me devuelve a mi soledad.

Si alguna vez vas al recate
o encuentras sólo mis hueso
recuerda: me debes mil besos,
espero que no te recates.

Beso